viernes, 13 de noviembre de 2009

Entre jaras y brezos



“El perrero vulgarmente llamado”


No hay espectáculo más deplorable, que ver a un perrero como vulgarmente se les llama, con un rosario de perros detrás, y esto sucede o porque los perros no son buenos o porque el tiempo no acompaña, pero principalmente por lo primero; dé cualquier manera, hay que tener afición, porque entre lo mal considerados que están y lo mal remunerados, son muchos los días que hay que echarle cojones para entrar en las manchas, por el calor, por la lluvia o por la maleza, y no valorando el sacrificio y la afición que les caracteriza en general y teniendo en cuenta que sin la figura del perrero la montería sería del todo imposible, por eso mi agradecimiento al perrero y a sus perros, que en mi opinión son los principales actores de este arte que es la MONTERÍA.


Regino

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