Tener una rehala lo sabemos todos los perreros,es cazar seis meses y luego otros tantos meses atendiendo a nuestros perros día a día. Unos se muerden, otros se ponen enfermos, los cachorros, las vacunas y más vacunas llegan las antirrábicas ,el chip, desparasitaciones ,pulgas, garrapatas unos salen adelante y otros...etc. No quiero aburriros pero si se por mi propia experiencia que todavía no se que nos mueve a sufrir con nuestros compañeros de fatiga tooodo el año, cuando hay monterías, madrugones, palizas en el monte,busca perros, recoge y hasta otro día y cuando se acaban las monterías ya os he contado.
Bueno esto no se si es afición o locura y lo demás son cuentos .
Desde que era niño descubrí que la felicidad se encontraba en las cosas pequeñas que te ofrece la vida.Por eso supe siempre que mi destino estaba unido a mi pueblo,junto a mi gente,con mis amigos al lado de mis perros
Rehalas Fifle’s. Llevamos muchos años monteando por riberas, solanas regatos ,cortafuegos … ¡ya sabéis! Disponemos de varias rehalas de podencos, sabuesos y griffones en su mayoría. Grandes ladras a los guarros y venados son animales muy constantes en su rastro y después del desencame. El hacer kilómetros juntos no nos asusta ,hemos resacado venaos y sufrido con las pepas por los montes Toledo, detrás del macareno hemos pateado las batuecas ,y en la sierra de la Culebra desesperados con el lobo. Lo peor que tienen es el toque de caracola para recoger pero como buen perrero mucha paciencia y la merienda son fundamentales en estos lances.